sábado, 19 de abril de 2014

Gata

¿Qué era gato? Sustantivo… ¿Nombre común? La verdad, no recuerdo cómo iba aquello. Gato fuiste tú, naranja y gordinflón. Ahora mi gata es ella, negra, pequeña y reservada. Ella ahora me enseña a caminar con cautela, o al menos eso intenta. Qué bonita es ella. Tiene unos ojitos amarillos, como el sol en el puerto, brillando con curiosidad.

Llena de buena voluntad ahora ella me acompaña, me coge de la mano cuando más lo necesito y a veces solo necesito su maullar. Quizá me precipite y pronto encuentre a una compañera mejor que yo, pero por el momento, miramos juntas a la luna sobre los tejados del día a día. Con ella un poco de mi torpeza se contrarresta. Creo que nunca encuentro las palabras adecuadas para que ella comprenda lo que está haciendo por mi.

Qué preciosa ella. Este texto es un ínfimo agradecimiento a todo. Acaba de llegar a mi callejuela, pero ya me faltan las palabras, nunca encuentro las apropiadas. Recordando tu consejo, no he revisado estos textos, van todos tal y como los empecé. Gracias por todo, amiga de plata e inexacta. 


Te he contado tanto que temo que me odies algún día. Perdóname si lloro demasiado, perdóname si te ladro demasiado, perdóname si me emociono con frecuencia, perdóname si te asusto. No te extrañes, tantas cenizas y serrín en el cerebro apenas dejan salir a los buenos pensamientos.

Un 19 de abril
2014
Qué bonito es el número 19, ¿no?


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