El Kinetoscopio era un aparato destinado a la visión individual de bandas de imágenes sin fin, pero que no permitía su proyección sobre una pantalla. Era una caja de madera vertical con una serie de bobinas sobre las que corrían 14 m. de película en un bucle continuo.
El kinetoscopio era una especie de proyector predecesor del proyector cinematográfico. Las imágenes pasaban iluminadas con una luz de modo que desde arriba, por una mirilla, podían verse como diapositivas mientras con una manecilla se las hacía rotar.
Ahora mismo veo mi vida desde fuera, como si yo llevará la manecilla de mi propio kinetoscopio. Hacia delante, hacia atrás, veo las cosas de una forma tan ajena... No sé si mi coseno está en nodo, negativo o positivo, quién lo sabe. No sé como sentirme, quizá en stand by, como quien mira las ondas en el agua, como quien mira las crispadas olas. Tan ajena.
Quiero creerme de una vez que todo está bien, que las diapositivas seguirán pasando y que lo que veré no será peor de lo que me merezco. Qué sencillo parece para algunos, vivir sin pensar. Cómo les envidio, de veras.
Hoy, por si no es evidente, como a la letra k en castellano, no me sobran las palabras.
Take me home, to the place I belong ~
Un 23 de abril
2014
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