jueves, 5 de junio de 2014

Unísono

Besos caducados agrian mi estómago por las noches y me hacen soñar cosas extrañas como que alguien besará de nuevo mis labios cortados. Qué asco. Quienquiera se contenga. Qué tirria me da ahora pronunciar o simplemente pensar en verbos conjugados para la primera persona. Imaginar las letras para un "juntos" o un "contigo". Mi mente entra en una especie de colapso del que no sabe salir. En un bucle de frases caracol, acompañadas siempre de esa misma curva macabra en mi sonrisa que aprieta los lagrimales inconsciente. Siempre las mismas palabras escogidas minuciosamente queriendo encontrar eso que no se ha dicho ya, eso que no se ha escrito ya y eso que no has oído ya. Queriendo encontrar una manera diferente de convencerme de que no me compadezco.

Compadecerme de lo que estoy remendando en mi vida ahora y de lo que estoy intentando remendar por ti. Y encima no te das cuenta. No te das cuenta. No. Que no te quiero imaginar llorando de nuevo, que no te quiero imaginar con esos pelos, que no te quiero imaginar con ese gesto en la cara. Que no te quiero recordar empujándome de nuevo.

No sé que clase de mierda he metido en tu cerebro pero al parecer ha funcionado y quiero que me sigas odiando. Y mi sistema cognitivo aun quiere enredar más y creo que es la cosa más egoísta a pesar de todo. Querer que me odies con tantas ganas para que así no puedas recordar nada. Qué gracia que creas que es lo que hago yo: repudiarte y extirparte de mi cada noche un poco más.  

Todos repiten al unísono las mismas palabras compasivas y creen que hacen lo correcto y, la verdad, es como si no hicieran nada más que confirmar mis sospechas cuando yo no veo más que mierda en lo que te he dejado. Mierda adherida bien fuerte que no se va a poder limpiar en mucho tiempo. Es más, nueve semanas y a ti todavía te apesta. 

Llevaba mucho sin escribirle cartas al diablo, qué curioso encontrarme aquí esta madrugada. Quizá al final sea que me encantaba sentir tu peso en mi hombro y compartir esa carga, pero me cansé y simplemente la dejé de soportar. Lo dicho, piénsalo si así me sigues odiando. 

Pero. Aunque. Pese a todo. Veo tus letras hasta en la sopa. Las veo hasta más nítidas quizá. Cuando se empieza a empañar la mampara al menos. He olvidado muchas cosas, pero recuerdo a Doro esa lejana tarde, recuerdo I wanna be somebody esa tarde más cercana, recuerdo aquel castillo azul y nunca olvidaré esas palabras. Espero esto sea lo último que necesite vomitar, estoy cansada de escribirte en salazón. 

Enero

P.D. Ah pero sí, he cambiado. En eso tengo que darte la razón y una palmada en la espalda. He cambiado mucho. He crecido y aunque en este momento me cueste verlo, ha sido a mejor, estoy segura. Como una vez hicieron los indios navajos yo he dejado mi antiguo nombre atrás. "He decidido arrancarme la piel, te la mando por correo que sepas que, están ahí los besos que me diste ayer, ya no te debo nada que te vaya bien."

Un 5 de junio
2014

1 comentario:

Lucia's Box dijo...

Yo...yo...yo quería comentarte algo de cuánto me sirve leer todo lo que escribes últimamente, cuánto significan tus palabras para mí, aunque puede que no las interprete bien, aunque no te conozca ni tú a mí.
Pero esto me deja sin palabras, ¿no serás tú mi Pepito Grillo? Porque me has dicho todo lo que necesitaba oír aunque me negase. Y quiero darte las gracias por ello.
Y ya de paso, te doy ánimo, que deduzco que puedes necesitarlo otra madrugada con ganas de escribirle algo más al diablo.
<3