domingo, 5 de octubre de 2014

Ser que arregla

Mis abuelos tuvieron que esperar años para poder quererse. Mis abuelos tuvieron que esperar a la causa mayor para dejar de hacerlo. Y estoy convencida de que tuvieron que remendar muchas costuras a lo largo de los años, tuvieron que soportar a mi madre, reamueblar sus cabezas con el paso del tiempo, hacer frente a una parálisis y a la sordera, pero al final y con todo, sin dejar nunca de quererse. De eso también estoy convencida. Yo un día quise querer tanto como ellos y me salió un poco el tiro por la culata y por eso hoy me he sentado con ganas de reflexionar.

Me he acordado de una frase que hace un tiempo leí en vaya usted a saber donde, que decía que nos hemos convertido en seres que desechan lo que no funciona a la mínima señal que lo demuestre y me he dado cuenta de que es aplicable a tantos aspectos de la vida que sinceramente me gustaría ser de las personas que arreglan lo que rompen o lo que encuentran estropeado. Así como un día lo fueron mis abuelos.

Mucha gente me ha criticado por decisiones del pasado, por esperar a que el tiempo cumpliese su papel, por esperar a que una persona recapacite aun a riesgo de hacerme más daño, por no arreglar un cristal roto o no cambiarme antes las gafas. Aquí es aplicable pues. Que quiero aguantar, quiero guardar, no quiero despreciar algo por muy deteriorado que esté.

Anda mira, aquí también, en la parte más austera de mi, esa parte más bien grande que me dice que lo que tus vivencias te dan has de conservarlo con cuidado - cuidado del que yo carezco y que compenso con el cariño que dicho sea de paso me sobra - no solo a las cosas como bien pueden serlo un libro o unas llaves, sino a las palabras, a los abrazos, a los silencios y las miradas. Esos hay que arreglarlos cuando se rompen también, aunque pueda parecer más fácil desecharlos, acabar de romperlos y tirarlos, no cargar más con ellos. Hoy, en este autobús, me cuestiono porqué mi padre tiene ese concepto del amor tan dispar al mío, porqué mi madre sigue con sus canciones ¿por qué ellos no pudieron arreglar? Porqué he mamado yo de las bufandas de mi abuela ¿por qué quiero ser la que arregla? 

Quiero ser la que arregla lo que rompe porque por desgracia he roto ya muchas cosas. He sido el pequeño huracán de demasiada gente y, a riesgo de equivocarme, creo que no es lo que quiero. No quiero destrozar más cosas, ya he hecho bastante. He roto cajas, he roto poemas y cartas, he roto una puerta, he roto palabras con gritos y he roto corazones que ahora no sé como arreglar. Un corazón pálido y pequeño, uno con sabor a limón, uno acolchado y adorable y por último el mio, uno lleno mierda.

Color favorito.

Alguien dijo un día que yo tenía síndrome de Diógenes y aún no ha visto ni la cuarta parte de cosas rotas, estropeadas y olvidadas que tengo guardadas solo para mirarlas y recordar. Que puede que tenga buena memoria pero a veces hay detalles que no puedo permitirme olvidar.

No hay comentarios: