martes, 15 de abril de 2014

Corrientes

¿Corriente yo? Puede ser, como esas que llevan las olas a darse de bruces contra el muelle en el puerto y los cascos rojos desgastados encallados. ¿Corriente yo? no tanto, no hay más que verme. El mar me lleva. Donde él está allí estaré yo. Allí donde las olas nacen y mueren, a velar por ellas, sobre los puentes, mientras las nubes me cubren y el salitre me empapa.

Donde el musgo cubra las rocas, llévame contigo corriente. Llévame corriente, hazme tuya, hazme espuma perecedera, hazme corriente, ¿Corriente y yo?

Haz que mi piel sea sinsentido, azul, arrugado, crepitar de llamas mojadas. Arrástrame y guíame que ya no quiero nadar más, que mi hastío no te ciegue, yo quiero seguir viviendo, que la vida no sea moliente, encontrar de una vez los ojos, encontrar de una vez su aroma ¡Ay, corriente! Límpiame entre los dedos y acaríciame las cosquillas. Serás azul, serás rebelde, ven déjame verte. De dónde vienes no te veo corriente ¿y tú a mi?

Ayer cumpliste 19 y anoche tonta de mi yo me acordé, tres letras de este texto van escritas para ti, que fuiste mi luna esa noche, aunque tú no te acuerdes ya de mi. Ni de las estrellas que contamos, ellas que ahora se ríen de ti. 


Y al final eso seremos, corrientes.

Un 15 de abril
2014

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero que dirás, si cumplía 83 años.